La crisis
de posguerra (1920-1924)
Concluida la guerra los antiguos contendientes emprendieron la reconstrucción de sus
respectivas economías. 1919 fue
un año de relativo crecimiento debido a la demanda de bienes de consumo doméstico y al positivo efecto
ejercido por los créditos
norteamericanos.
Pero las secuelas de la guerra (inflación,
desmovilización de tropas, falta de puestos de trabajo, endeudamiento,
dislocamiento financiero, etc) condujeron a una recesión que se inició
en 1920 y no se superó hasta 1924. Este retroceso obedeció a causas
relacionadas con las dificultades en la reconversión de una economía bélica a otra de paz y a
desajustes entre la oferta y
la demanda. Ésta última
se estancó tras el momentáneo tirón que supuso la adquisición de efectos
domésticos, aplazada hasta la consecución de la paz.
Alimentaron la crisis dos problemas fundamentales: el de las deudas contraídas durante la
contienda, y el de las reparaciones de
guerra que Alemania estaba obligada a pagar a los vencedores (Versalles).
La relación entre ambos fue estrecha, y el papel que jugaron los créditos americanos en su solución,
fundamental.
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Estados Unidos, acreedor de los aliados,
aplicó, con el fin de controlar la inflación, una política restrictiva de préstamos tendente a reducir la masa
monetaria circulante o, lo que es lo mismo, puso en práctica una estrategia deflacionista, al tiempo que
implantaba medidas proteccionistas.
El efecto consiguiente fue la disminución
de la actividad económica europea y una escalada del paro.
Gran Bretaña, acreedora de los aliados por un valor de 1300 millones de
libras, era a su vez deudora de los Estados Unidos por un monto de 850
millones. No es de extrañar que reclamase los pagos a sus deudores para poder
atender sus propias responsabilidades.
Francia por su parte cifraba sus
esperanzas de solventar sus deudas con los Estados Unidos en el cobro de las
altas indemnizaciones de
guerra que confiaba recibir de Alemania. A lo largo de la década ejerció una
constante presión sobre ésta para obligarla a satisfacer cantidades que algunos
economistas (Keynes) consideraban excesivas.
Alemania, la peor parada, debía
desembolsar la cantidad de 6.000 millones de libras con un pago inicial de
1.000 millones. Su economía no
estaba preparada para semejante esfuerzo y no pudo hacer frente a
las entregas. Como medida de presión para hacer pagar a Alemania el ejército
francés ocupó la zona industrial del
Ruhr en enero de 1923. El marco, -unidad monetaria alemana- perdió
gran parte de su valor, se devaluó y provocó una desbocada hiperinflación que disparó los
precios, desencadenando altos niveles de desempleo.
La difícil solución del problema obligó a
abordar la cuestión de las reparaciones de guerra desde una perspectiva
diferente. Es lo que hizo el llamado Plan Dawes seguido
del Plan Young: rebajar
las cantidades que estaba obligada a liquidar Alemania (finalmente
condonadas en la Conferencia de
Lausana de 1932). Cuando por fin se puso término al tema de las
indemnizaciones, Alemania había satisfecho el equivalente a una cuarta parte de
las cantidades que inicialmente habían sido fijadas en el Tratado de Versalles.
Período de
crecimiento (1924-1929)
A partir de 1924 y hasta 1929, la
economía mantuvo el rumbo hacia superación de
la crisis de posguerra. Los Estados
Unidos se erigieron en la mayor potencia del orbe. Este período de
bonanza económica fue acompañado de comportamientos determinados por el optimismo y el consumismo, asociados al fenómeno
denominado "felices años
veinte".
En gran medida la recuperación se debió a la
ejecución en 1924 del Plan
Dawes (del financiero y político estadounidense Charles Dawes), que redujo significativamente las
cantidades que Alemania había de abonar a los vencedores, flexibilizaba el pago
de las mismas y, sobre todo, arbitraba la concesión de importantes créditos que permitían al Estado
germano hacerles frente.
El objetivo del plan era hacer que Alemania estuviese en disposición de satisfacer a sus acreedores
y que éstos, a su vez deudores de Estados Unidos, consiguiesen saldar sus
obligaciones con ellos, estableciéndose una especie de circuito del dinero que, en
definitiva, retornaría a su lugar de origen.
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El plan contemplaba asimismo el abandono a partir de 1925 del
territorio del Ruhr,
ocupado por franceses y belgas en 1923.
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En el plano político se inauguró un período de distensión que se
completó en 1925 con los acuerdos de Locarno, a
través de los cuales Alemania fue admitida como miembro de pleno derecho en
la Sociedad de naciones
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Sobre esas bases de estabilización económica y
optimismo político se sustentarían los "Felices años veinte".
Quisiera saber si me pudieran otorgar la bibliografía de este escrito.
ResponderEliminarHan pasado 4 años, ya te la dieron?
EliminarSaludos del futuro