Formación del Estado-Nación.
Se dio hacia fines del s. XIV y principios del s. XV,
particularmente en los países de Europa Occidental, España, Francia e Inglaterra,
cuyo factor primordial fue la concentración del poder político en el monarca.
Características.
Cada país tuvo rasgos que lo definía, pero las
características generales fueron:
• Territorio con fronteras políticas delimitadas.
• Centralización del poder político en un monarca suficiente
fuerte para unificar las distintas clases sociales, y controlar a las fuerzas
opuestas que coexistían dentro del territorio.
• Sometimiento de la nobleza feudal terrateniente y del clero de
la Iglesia católica.
• Creación de estructura política sólida, apoyada en instituciones
leales al monarca.
• La unidad nacional, reforzada por:
– Uso de un mismo idioma como habla oficial del pueblo, que
reforzara la identidad étnica y cultural.
– Una misma creencia religiosa, dirigida por una sola Iglesia.
– Desarrollo del nacionalismo como sentimiento de pertenencia y
adhesión a un determinado Estado-Nación, a sus valores, creencias y
tradiciones.
• Control estatal del sistema económico, que del modo de
producción feudal, pasó a un sistema complejo que involucró le crecimiento del capital
comercial y dio origen al mercantilismo.
La evolución política hacia el Estado- Nación moderno
europeo, observada con mayor claridad a final del s. XV, ocurrió particularmente
en la porción occidental del continente, en la Francia de la dinastía Valois, en
la España de los Reyes Católicos, en el Portugal de los Avís y en la Inglaterra
de los Tudor.
Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla (Reyes Católicos)
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